Cuentos mexicanos para dormir rosarinas...
El Patio Vapor Capítulo l/4 Te digo que aquí hay fantasmas. No me chingues. Me lo dijo mi madre. Y la abuela --en paz descanse-- se lo contaba a todos, aquí hay fantasmas... Todo había iniciado dos semanas antes, Carmela se había despertado a la cuatro de la mañana, como cada día, había encendido el bracero y había puesto una balde metálico con agua a calentar, mientras eso pasaba, arreglaba en silencio su cama, dormía en la misma habitación con sus tres hermanas, Jacinta, María, y Leudoviges, Juan Manuel, su hermano y el menor de la familia, dormía en otra habitación, al final del chorizo de cuartos que era aquella casa, marcada por la convivencia através del patio, allí es donde todo pasaba, allí es donde cada día iniciaba y terminaba, donde los olores se mezclaban, donde los sonidos se escuchan, donde los pasos conducen tarde o temprano, el patio. Era una casa como casi todas las del pueblo, de altas bardas de adobe, rajueleadas con trozos de barro cocido, casi siempre producto de o