En Ciudad de Oaxaca Junio 2018

¿Y que pasó aquí?

Hacía mucho tiempo que no dejaba caer mis pasos por la ciudad de Oaxaca, no al menos de forma tranquila. En días pasados puede hacerlo, con más calma si ningún prejuicio y pese a esto, el resultado de mi apreciación no es para nada favorable.

Veo una ciudad en descuido, calles que no han sido mantenidas, espacios públicos dejados y escasees de mantenimiento mínimo. El número de indigentes por la calle y durmiendo en portales se ha multiplicado y el estruendo del transporte público se deja sentir en cada rincón de la ciudad con una estruendo furioso, existen ya nuevos taxis de color azul que cancelan el intento de regularlos que se hizo en los años anteriores, el tráfico cada vez más saturado y la calidad del aire decae.

El mendigaje de siempre pero multiplicado, la informalidad a todo lo que da y para rematar el zócalo tomado cómo siempre por maestros y comerciantes ambulantes. Lo cuidado y bien mantenido se reduce a las pocas manzanas del lado norte del Centro Histórico de siempre y parece que en el resto de la ciudad el tiempo sólo pasa pero no impacta.

Por tres años no se han hecho grandes proyectos y obras para la ciudad esto pese a la existencia de proyectos que quedaron a la espera de financiamiento y otros que requerían de continuidad. Tanto el gobierno estatal cómo el municipal han desaprovechado estas oportunidades y un ciclo electoral completo.

Una ciudad requiere inversión pública, el no permitir que los recursos fluyan de forma continua y constante termina por ser un impacto enorme para ciudades y sus economías tan dependientes cómo las de la Ciudad de Oaxaca. Esto significa que su población se verá evidentemente afectada también.

El gasto en obra pública es un generador de empleos, mismos que son urgentes en todo el país pero particularmente en el Sureste donde la economía reciente los efectos de la falta de inversión pública de forma directa a causa de la falta de otros motores que generen desarrollo económico. Así que, entre mas gasto en obra --además necesaria-- se realize, el impacto en la microeconomía de estos lugares es por demás relevante.

Hace tres años dejé la ciudad de Oaxaca con la esperanza de que los cambios que esta requiere se aceleraran, por desgracia no es el caso. Un nuevo ciclo político se ve en el horizonte, espero que este traiga mejores tiempos, más obras, mejores soluciones, pero sobre todo más y más empleos a una sociedad que los requiere de forma desesperada.


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