2021-2020=1

La verdad es que para enero del 2020 todo iba ya bastante difícil, 2019 no había sido un año ni fácil ni tan bueno, no para mí por lo menos, se habían complicado varios proyectos y acareaba el fracaso o el desinterés de otros que en los que habíamos trabajado en el estudio por un tiempo. A veces pasan cosas así, los que encargan y deberían dar continuidad a un proyecto simplemente se olvidan de lo que ponen en marcha.

Para febrero seguíamos trabajando intensamente cerrando detalles del 2019, esperando por algunos proyectos nuevos o retomar los que habían quedado pendientes el año pasado. 

Pero ya en marzo era claro era que algo se había sacudido en alguna parte del mundo y que las cosas no pintaban bien. Desde inicios de año 2020 las noticias del de una infección respiratoria que se extendía desde China al resto del mundo --después nos enteraríamos que por lo menos desde el invierno de 2018 había brotes no identificados de esta enfermedad en muchos lados-- pero en ese momento no sabíamos a donde nos llevarían esas noticias.

Adaptarnos a lo que después pasó ha sido un camino largo y complejo, tratar de mantener en pie lo construido y tratar de no perder a nadie en el camino, conservar los trabajos que creamos e intentar seguir desarrollando el proyecto que de vida por el que aposté. Todo lo que vino después fue el resultado de una adicción a la vida y estas cosas que hacen empujar hacia arriba cuando el todo se pone en contra.

Este año que inicia aun plantea muchas preguntas, de hecho, más pregunta qué respuestas y la incertidumbre se asoma por todos lados. Pero sin embargo, también se ha abierto un cierto valle de esperanza que hace que este sea el momento de poner en marcha todas las herramientas que con los años hemos construido, esas que sirven para caminar a ciegas, escalar con tobillo torcido o simplemente aguantar más allá de lo que pensamos que podríamos soportar.

Cada año puede ser un buen año esperemos que el 2021 lo sea...