Tecnología y ciudad III


Transporte integrado
El Imparcial 7 de noviembre del 2012

Alguna vez se han preguntado, ¿por que el costo de un viaje en transporte público cuesta lo mismo, sin importar cuanto tiempo hagamos uso del servicio, la calidad de la unidad, y en ocasiones hasta la distancia? 

O ¿por que tenemos que realizar recorridos tan ilógicos para llegar de un punto X a Y, aveces esquivando el trayecto mas corto?

La respuesta es por que la gran mayoría de nuestros sistemas de transporte público están descoordinados, dependen de una sola tecnología, o carecen de un sentido de planeación ordenado. 

En nuestra ciudad, en pleno siglo XXI, cuando podemos hacer prácticamente de todo con una tarjeta o un teléfono celular. La mayoría de nosotros –por no decir todos-- no conoce cuales son las rutas de transporte público que operan en la ciudad, sus horarios y tiempos de recorrido. 

Esto significa que lo que podría significar un recorrido ágil y planeado, se puede ver convertido en una larga espera, lguna vuelta innecesaria y más de un disgusto. Seguramente todos en esta urbe habremos pasado por una situación similar en algún momento de nuestra historia como urbanitas.

Pero aquí también existen grandes avances tecnológicos que podrían significar una mejora en la calidad de vida de quienes nos desplazamos por la urbe. 

Lo más usuales tienen que ver con el manejo de tarjetas electrónicas que nos permiten acceder al medio de transporte sin necesidad de pagar en efectivo. Este simple hecho facilita el flujo de personas y vehículos, ya que no es necesario detenerse a contar el dinero y ofrecer el camino. Pero esta tecnología ha sido subestimada, ya que presenta grandes posibilidades que no han sido aprovechadas.

Las tarjetas inteligentes, permiten por ejemplo contabilizar nuestro tiempo de recorrido, y nuestro kilometraje. De manera tal que en muchos países y ciudades lo que se contabiliza son estos valores. Lo que nos permite cambiar de un transporte a otro sin necesidad de pagar una tarifa adicional. Igualmente se pueden crear mecanismos de apoyo o premio a los usuarios continuos de transporte público mediante información grabada en la tarjeta,

Cuando estas tecnologías se combinan por ejemplo, con el uso de GPS o el rastreo por redes de telecomunicaciones en tiempo real. El transporte público puede iniciar una danza coordinada entre medios y usuarios que ahorra tiempo, reduce la emisión de contaminantes y evita atascos.

Pero la verdadera integración del transporte, depende de un concepto esencial, lo multimodal. Es decir, permitir que la ciudad cuente con una variedad de formas de transporte público que tengan la capacidad de operar entre si, formando un sistema coordinado de movilidad en masa, que saque de circulación la mayor cantidad de vehículos particulares.

Esta debería ser la meta de una adecuada política de transporte público y el inicio de una transición hacia una sociedad más sustentable y solidaria. 

Esto querría decir que debemos explorar distintas opciones de movilidad, dar paso a un acambio hacia las energías que no son derribadas de hidrocarburos, como la electricidad y abrirnos a la llegada nuevas y mejores ideas. Lo que a su vez significa, romper con un continuo histórico que ha condenado a la ciudad y sus habitantes a padecer cada día un sistema de transporte, desarticulado, descontrolado y de alto costo.

Otras ciudades lo han logrado. Si miramos hacia el sur de nuestro continente, en la ciudad de Santa Fe, Argentina, encontraremos que con una inversión realmente baja, mediante el uso de tecnología propia, de bajísimo costo ambiental y reciclando su infraestructura ferroviaria. Esta ciudad se genera hoy día un sistema de transporte metropolitano que conectará distintas partes hoy desatendidas de la ciudad, basada en el concepto de los trenes de cama baja.

Desde luego estas soluciones no deben actuar solas, y entre más opciones existan mejor será la vida del viajero interurbano. Pero resumamos y pensemos que ha sido de nuestra ciudad en materia de transporte en los últimos tiempos. Y descubriremos que lo único que no debiera ocurrir, es que las cosas sigan como hasta hoy.

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