Cierra el año
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Que hay de frente en la ciudad
El imparcial 9 de enero del 2013
Otro año se consume y parece que
apenas podemos notar algún cambio en la vida de nuestra ciudad
capital y su área de influencia. Seguiremos enfrentando problemas y
conflictos bien conocidos, muchos de los cuales llevamos tiempo
intentando resolver, sin a penas conseguir avances. Sin embargo, este
año que arranca puede ser, como siempre, una nueva oportunidad.
Pero nuestra ciudad, donde tenemos
nuestra casa, y en la cual convivimos diariamente enfrenta un reto
que pese a la importancia de todos los otros es preponderante. La
Ciudad de Oaxaca requiere entrar en un profundo proceso de
modernización y cambio que la lleve allí donde ninguna otra ciudad
del sureste mexicano ha sido capaz de llegar, a la vanguardia.
No deberíamos dudar de esta
posibilidad, ni ponerla mucho en cuestionamiento, esta urbe ya fue
por mucho tiempo, y en varias etapas de la historia una referencia
para el resto. Por lo que pensar que puede recuperar posiciones y
transformarse de nuevo en la ciudad luminosa y vibrante que fue hasta
finales del siglo XIX, no es una locura.
Si revisamos su proceso histórico
encontraremos dos constantes que facilitaron dicho tiempo. Un
aprovechamiento de la posición geográfica de la ciudad en un
contexto territorial amplio, y la llegada de nuevas tecnologías que
permitieron mejorar el aprovechamiento de los recurso naturales y
humanos con que esta región cuenta. Lo que derivó en la
construcción de una sociedad pujante y aunque desequilibrada muy
adelantada.
Hoy por desgracia esta ciudad atraviesa
un momento complejo, que no demerita en nada su belleza implícita, ni
su interés como conglomerado humano y objeto de estudio.
Aunque, los números son duros, somos
una urbe donde sólo una de cada cinco personas trabaja dentro del
sistema formal de empleo, es la ciudad 28 de 32 capitales en
productividad. Reune una gran cantidad de gente, pero carece de
infraestructuras y servicios. Se ha expandido por más de 150 km2
sobre el territorio, pero las redes técnicas que la hacen funcionar
son débiles y anticuadas. Y si habláramos del sistema de transporte
público entraríamos en shock.
Esto sin embargo, no es una condena
absoluta, está en manos de quienes habitamos esta urbe conseguir su
transformación para apuntalarla como el eje del futuro desarrollo de
todo el estado. En un mundo donde la economía, la sociedad y los
grandes cambios que estas atraviesan se gestan en las ciudades es
indispensable entender que son la pieza clave hacia la gestión del
futuro.
Por lo que las decisiones que se toman
sobre su transformación y actualización deberían partir de esta
base, cada cambio debe asumir la responsabilidad que engloba el papel
de las ciudades en el aspecto global contemporáneo.
Por eso, es que resulta indispensable
mover las piezas clave con as que nuestra ciudad cuenta en el sentido
correcto. Aprovechar la posición geográfica para potenciar un
sistema logístico de distribución de productos, servicios e
información hacia el sur del país. Iniciar un cambio hacia la
construcción de una red de comunicaciones que refleje la realidad de
la sociedad contemporánea, donde la información circule en tiempo
real permitiendo ajustar nuestros sistemas.
Habría que entender la importancia de
las redes técnicas en las urbes desde siempre, pero con una gran
relevancia en la actualidad, cuando los conglomerados han adoptado
formas dispersas y las personas y su economía se distribuyen sobre
el territorio. Hay que aprender a aprovechar todo lo que el medio
inmediato dispone, reciclar agua en casa y empresas, producir nuestro
propia electricidad y hasta parte de nuestra comida. Esto puede sonar
a ilusiones futuristas, pero ya pasa en muchos lugares, ¿Por que no
aquí?.
Pero ante todo, hay que comprender que
las ciudades deben estar abiertas a procesos de transformación e
innovación. Suponer que podemos seguir aplicando las mismas fórmulas
que que se han repetido una y otra vez sin ser adaptadas al entorno
que las recibe.
Hoy en día, la ciudad es un ambiente
extraordinario, un lugar lleno de posibilidades donde se puede
revolucionar la vida de cientos de miles de personas, dentro y fuera
de la ciudad. Es por esta y otras razones que escapan de nuestro
campo de trabajo, que creemos que cada etapa que se abre una fresca y
nueva oportunidad de crear un ciudad distinta, moderna, de avanzada.
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