El acto de sembrar
El urgente combate a la contaminación
El imparcial 25 de junio de 2014
Mientras las ciudades acumulan más y más
personas, también reúnen actividades humanas que en
nuestra región se
caracterizan por una elevada dependencia tecnológica,
que a su vez significa un aumento en las emisiones de contaminantes que
nuestras actividades cotidianas conlleva.
El proceso de motorización
de la población del país y en particular de nuestras
ciudades ha sido muy precoz y en la actualidad significa la principal causa de
producción de gases de
efecto invernadero. Sin embargo lo importante de este hecho no es la realidad
en sí, si no las
consecuencias que es realmente importante y relevante destacar.
La emisión
de contaminantes hoy sabemos es responsable de una gran variedad de consecuencias
para la salud de las personas que finalmente se transforman en un alto costo
social y económico para los
estados.
Como sucedió
en el caso de tabaco y sus consecuencias a la salud, a medida que pasa
el tiempo se descubren más
y más consecuencias de este
constante incremento de las emisiones contaminantes a la atmósfera. Entre ellas que no son sólo los contaminantes
tradicionales como CO2 los que generan consecuencias negativas a la salud de
las personas, si no que existen toda una serie de otros gases como el dióxido de nitrógeno y partículas suspendidas que también acarrean consecuencias sobre
la buena salud de los habitantes de las ciudades.
Sin duda resulta indispensable iniciar una estrategia
de mitigación que nos ayude
al control de este fenómeno
que a escala global trae consecuencias aún
más extraordinarias. Los
cambios en materia de ciclos climáticos
son cada vez más evidentes
e implican también
afectaciones al medio inmediato donde habitamos.
El aumento en la temperatura del planeta es claro en
muchos lugares, la ciudad de Oaxaca no es la excepción, resulta claro que los veranos son más calurosos y las temporadas de
lluvias cada vez más
instintivas. También la
flora local se ha venido afectado, muchas especies están en riesgo de desaparecer por el desarrollo de
plagas que arriban bajo la cubierta de estos cambios de temperatura y ambiente.
Ante esta realidad es necesario implementar acciones
que nos ayuden a mitigar estos efectos que por desgracia van a ritmos cada vez
más acelerados y arrojan
consecuencias cada vez más
extensas sobre nuestra sociedad.
Regular el uso de vehículos
automotores sería una parte
importante y necesaria para buscar solucionar el problema, lo mismo la
implantación de un sistema
de transporte público mejor
armado y eficiente. Pero estas medidas requieren un amplio consenso y seamos
realistas un desgaste en materia política
importante, que igualmente en algún
momento tendremos que abordar en forma colectiva.
Pero hay otras actividades, en particular una que debería ser una constante pese a todo
en la ciudad si queremos enfrentar el reto de mejorar la calidad de vida a
largo plazo de los habitantes de esta ciudad; reforestar.
Cada árbol,
seto, o planta que aparece en la ciudad se convierte en una pequeña solución a los retos que hemos descrito antes y que no son
pocos. Si nos concientizamos de esta realidad y aportamos desde nuestra
realidad inmediata sembramos o cuidamos una planta el mundo cambia a nuestro
favor.
Este pasado fin de semana, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, la Casa de la Ciudad,
Mundo Ceiba, los gobiernos municipales del Tule, Tlalixtac de Cabrera, Santa Crúz Amilpas y Santa Lucía del Camino, junto con el
gobierno del estado, nos dimos a la tarea de sembrar casi 600 nuevos árboles sobre el recorrido de la
ciclopista Arco Sureste en su tramo Tlalixtac-Tule.
Esta sencilla pero significativa acción representa generar 600 nuevas
esperanzas de que un día
nuestro aire será mas
limpio y nuestro futuro más
transparente. Un reconocimiento a todos los que participaron en esta apuesta
por un futuro más verde y
por conjuntar dos factores esenciales para proveernos de una forma de movernos
por la ciudad limpia y un camino lleno de árboles.
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