Agua y ciudad


El respeto por quienes dan la vida
El imparcial 4 de julio del 2012

Río Atoyac descarga directa


La zona metropolitana de Oaxaca en su estructura oficialmente reconocida por CONAPO, INEGI y SEDESOL, asume 20 municipios y una población que para el año 2010 se acercaba a los 600 mil habitantes, hoy probablemente debido al crecimiento demográfico promedio de la zona ya debió de haber superado esa cifra. A nivel nacional SEDESOL reportaba que en los últimos años mientras la población de las ciudades se multiplicaba por dos su extensión lo hacía por seis. Es decir cada vez la ciudad consume más suelo por habitante y sus dimensiones pierden toda proporción posible.

Como es de esperarse la ciudad ante tal crecimiento poblacional y expansión física ejerce una mayor presión sobre el territorio que tiene que soportar con recursos limitados una población que por el contrario no se limita a si misma en lo más mínimo.

De forma tal que las problemáticas de las urbes se han ido diversificando y agudizando exponencialmente en los últimos tiempos. De entre todos los problemas urbanos tres son quizás los sectores donde la ciudad enfrenta mayores retos al futuro, movilidad, manejo de desechos y acceso al agua potable.

Otros muchos se pueden contabilizar, acceso a áreas verdes, consumo de energía, perdida de suelo agrícola, diversificación de las actividades económicas, etc. Pero pocos afectan de manera directa la calidad de vida de una ciudad, así como otros sectores de la economía como los tres primero mencionados. Pero por su relevancia en el ciclo de vital de todos el ecosistema dentro del cual intentamos sobrevivir, los problemas del agua son y debieran ser el eje del manejo de las políticas públicas, nada existe sin agua.

En el caso de nuestra ciudad, este conflicto lo enfrentan a diario cientos de miles de nuestros vecinos, el problema no sólo se reduce a la calidad del agua que lega por el grifo. Hay colonias y poblados en la parte norte y poniente de la urbe donde el suministro ocurre una vez cada 15 días --muchos ni eso--. Para quienes tenemos acceso cotidiano a este líquido fundamental pede sonar a nada pero imaginen una realidad donde por dos semanas no hay agua corriente en su casa.

Mucha de la culpa de esta situación la tiene la irracional forma de expansión en mancha de aceite que ha generado una urbe poco densa que sin embargo requiere igualmente infraestructuras. Es decir hay que llevar una tubería de agua a un barrio o colonia lo mismo si viven mil que cinco mil personas, la diferencia es el costo percapita que esto representa para la ciudad. Y en una ciudad pobre como lo es la nuestra, cada centavo cuenta, o debería. Contar

Pero no podemos culpar de esta realidad exclusivamente a la forma que la ciudad ha asumido. Hay otros elementos en juego que deben ser considerados y valorados, y que tienen que ver con el manejo de los recursos hídricos de el territorio que ocupa la ciudad. La sobre explotación de mantos friáticos, excavación de pozos clandestinos, graves deficiencias en la red de distribución, la inoperancia de las plantas tratadoras de agua servida y la contaminación y abandono de nuestros grandes ríos a su suerte, son problemas que caen dentro del ámbito de administración pública que han sido deficientemente atendidos o ignorados.

En este último punto es donde queremos dejar el acento, el manejo que se ha hecho de los ríos que circulan sobre los valle centrales ha sido por decir lo menos desastroso. Quien quiera tomar conciencia de esto puede acercarse al recorrido del río Atoyac en las inmediaciones del Colegio Cumbres en la parte sur de su curso. Si caminamos unos pocos metros siguiendo el cause del río descubriremos como son vertidos debido a la fractura y no reparación del colector perimetral, cientos de metros cúbicos de aguas negras directamente al trasiego del río. Este en particular es un problema que se soluciona con aproximadamente 3 km de tuberías y la puesta en marcha de la planta tratadora del Tequio nada más que eso.

Para hacer consciencia y presión social sobre la necesidad de solucionar estos problemas la Casa de la Ciudad, junto con otras muchas asociaciones e instituciones de la ciudad el estado y el país, organizan e invitan a la población a un encuentro solidario con nuestros ríos el día 8 de julio del 2012 desde las 10 pm a la altura del puente Valerio Trujano. El punto de este encuentro no lleva carga política alguna y se enfoca a recordadle a la ciudad, sus habitantes y gobernantes que existen dos grandes ríos en el territorio de los Valles Centrales que nos han acompañado desde siempre permitiendo nuestra propia existencia.

Quien decida asistir a este encuentro descubrirá un elemento vivo e indispensable para pensar en un mejor futuro para la ciudad y sus habitantes. El mensaje es sencillo, hay que mantener con vida a quien vida da.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La arquitectura y la comunidad / Eugene Raskin

2019

Super manzanas o Superilles