Densidad


El modelo de ciudad ligera
El Imparcial 8 de julio del 2012


Riveras del Atoyac 2010
Cuando apreciamos el perfil urbano de nuestra ciudad de inmediato encontraremos que se trata de una urbe donde apenas se dibujan algunos pocos elementos de escala vertical, y que por el contrarío la mayor parte del perfil urbano corresponde a edificaciones de una o dos plantas.

Este modelo de ciudad que se repite en casi la totalidad de las manchas urbanas que componen el sistema urbano nacional –SUN-- ha dado como resultado que el tamaño de nuestras ciudades se multiplique mucho más rápido que su población. El por que de esta tipología tiene muchas explicaciones, que van desde lo social y antropológico, hasta lo técnico.

Por ejemplo, por un lado hay que entender que si algo caracteriza a nuestras ciudades es la irregularidad en cuanto a la posesión del suelo que millones de personas habitan. Una proporción de entre el 60 y 70 % del suelo urbanizado de las ciudades en México lo ha sido de forma irregular.

Esto significa que millones de personas han podido hacerse de un lugar donde vivir mediante un proceso de ocupación y edificación de suelo del que no son de inicio poseedores -aunque posteriormente esta situación se regularice--. Esto entre otras cosas provoca una apresurada ocupación de estos solares, que en muchas de las ocasiones era y es realizada por los propios ocupantes del lugar. En otras tantas será asistida por algún maestro de obra, que siguiendo las indicaciones de los propietarios edificaban en condiciones mínimas, dando como resultado una tipología de construcción de baja densidad y rápidamente edificada.

En ocasiones también aspectos como la topografía del lugar –recordemos que muchas de nuestras ciudades emergentes aparecen en suelos con pendiente generalmente más baratos- o la tendencia sísmica de alguna zona han hecho que se mantenga limitado igualmente el crecimiento de los objetos arquitectónicos. Aunque hoy día estas cuestiones técnicas no debieran ser tan insalvables.

Finalmente, otros aspectos mas de tipo antropológico entran en juego. Por varias generaciones el crecimiento de las ciudades fue resultado de la migración de personas que abandonaban el campo para asentarse en la ciudad. Estas personas acarreaban sus tradiciones y costumbres junto con ellos, así es posible identificar en muchos lados, como en la primera etapa de un asentamiento urbano, se dibuja una planta de vivienda más cercana al modelo de vida rural, tradicionalmente de bajo tamaño, pero extendido y compartimentado.

Estos antecedentes sirven para ayudarnos a explicar el fenómeno que la ciudad de Oaxaca a atravesado en tiempos recientes, y que nos debiera hacer reflexionar sobre el destino que enfrentamos si la ciudad sigue creciendo bajo los lineamientos que lo ha hacho hasta ahora.

En la actualidad, la Zona Metropolitana de Oaxaca de Juárez tiene un densidad media urbana que ronda los 55 habitantes por hectárea. Es decir, cada mil metros cuadrados de suelo urbano, apenas es habitado por 5.5 personas. Una densidad muy baja si se compara con la de otras ciudades como el propio Distrito Federal que cuenta con 170 apersonas por hectárea.

Los problemas que resultan de esta baja población por área son muchos, pero generalmente se traducen en un empobrecimiento constante de la ciudad misma y sus habitantes. El por que lo encontramos en dos rubros; la necesidad de generar redes técnicas que den suministro de servicios y movilidad a los habitantes de los distintos barrios y colonias de la ciudad. Pero también el elevado consumo energético que quienes en la ciudad habitan deben ejercer cada día y que es sufragado por su bolsillo.

Múltiples estudios nos demuestran como la energía y el tiempo gastado en las ciudades de amplias proporciones afectan directamente la economía de sus habitantes. Una muestra clara de esto es que normalmente las personas de rentas medias y altas se ubican en lugares cercanos a los centros económicos y de producción. El metro cuadrado de alquiler más caro en la ciudad de Nueva Yok se paga en la inmediaciones del Central Parc y no en algún suburbio circundante.

Por lo tanto, resulta indispensable, iniciar un debate dirigido a replantear el modelo constructivo y de vivienda de urbes como la nuestra. Por que finalmente seguir un patrón expansivo de ciudad nos conducirá a un alejamiento de los estándares de vida que desearíamos para nuestra población. Además de ser también una afrenta al medio ambiente, quizás una de sus más grandes amenazas.

Son muchos los aspectos que tendremos que cambiar para llegar un modelo de ciudad mas densa y compacta. Pero si apostamos por una ciudad justa y de buena calidad de vida, habrá que empezar antes que después.

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