La calle I
El componente fundamental
El imparcial 8 de mayo del 2013
La ciudades han evolucionado con tanta
velocidad y fuerza en los últimos tiempo, que ha resultado
prácticamente imposible seguirles de cerca la huela y reflexionar
sobre su abrumadora transformación.
Esto nos permite por un lado quedar
sorprendidos constantemente apropósito de los múltiples fenómenos
que en esta ciudad se desatan. Y por otro disfrutar en amplio campo
de trabajo, en cuanto a comprensión e investigación de las urbes,
que se ha convertido en una auténtica obsesión para muchos.
De entre todos los elementos por que
podemos interesarnos en la ciudad, quizás ninguno puede ser tan
sintético de los cambios los que nos referimos como la calle misma.
Este componente tan ordinario en la vida de todos puede ser la mejor
radiografía para comprender el como es que nuestras ciudades operan
en la actualidad.
Y es que aveces olvidamos que las
calles o su forma en singular que suele contener la ciudad entera 'la
calle' son la mayor parte del espacio público con que cuenta una
ciudad. Una proporción que ronda 1/4 del total de la superficie de
una ciudad son calles, y estas suelen representar más de 3/4 partes
del total del espacio público que una urbe posee, es decir la mayor
parte de la ciudad “colectiva”.
No son pocos los estudiosos de la
ciudad que desde una enorme variedad de disciplinas se han dedicado
al análisis de este elemento, desde lo histórico hasta lo
funcional, de lo económico a lo estético. Lo que ha generado una
paradoja, sabemos mucho de la calle como elemento y poco sobre
función en el conjunto. Quizás quienes mejor han descrito este
vacío es una disciplina de la que podríamos esperar poco: la
literatura.
Muchos escritores se han apoyado en la
calle como factor de composición literaria, reconociendo de manera
implícita su importancia como componente del imaginario y la
conciencia colectiva. Paul Auster, Oman Pamuk, Manuel Vazquez
Montálban y otros muchos enormes literatos han usado la calle para
describir la intrínseca relación que existe entre las personas, el
lugar que habitan y la calle como el escenario colectivo por
excelencia en nuestro tiempo.
La forma en que la literatura acude a
la calle para plantear la estructura de la realidad del hombre es
entonces quizás la forma más completa de atender este fenómeno,
bajo las circunstancias actuales.
Lo que hacen los escritores no es si no
apropiarse del espacio de todos para describirse a si mismos. Por que
todas o casi todas las personas –en particular en arco
latinoamericano muy urbanizado-- tenemos alguna referencia o vivencia
referida a aquella estructura de arterias que nos permite
desplazarnos por la ciudad. Son a la ves origen, transito y destino,
pero también el inicio o final –depende de como lo queramos ver--
de nuestra casa, negocio, o lugar de costumbre.
La calle es un lugar que colecta que
conecta a una sociedad que que se a convertido más y más en un
fenómeno urbano. Entender cual es su posición en la actualidad, la
función o funciones que juegan las calles aquí y ahora.
Estas sin embargo han sido también la
gran perdida que ha padecido la sociedad en tiempos recientes, la
irrupción de la movilidad motorizada en la vida de las personas,
combinado con el crecimiento sin control o bordes de las manchas
urbanas transformaron el sentido y uso de estos ejes. Al grado tal,
que hoy este componente vital de la ciudad ha quedado a disposición
casi absoluta de las cosas que ruedan y de quienes caminan.
Este cambio que por obvio parece
normal, ha significado sin embargo una transformación muy profunda
hacia el interior de nuestras comunidades. Por un lado se ha perdido
la mayor parte de la capacidad de la las calles como espacio público.
Jugar, charlar, comerciar, aprender y contradictoriamente hasta
caminar, es en las calles de las urbes contemporáneas un reto que
muchas veces resulta imposible de superar.
En el momento que retiramos a la calle
la mayor parte de sus funciones comunitarias para sustituirías por
otras alejadas de la vida social de las personas, la ciudad misma
murió un poco.
Lo hizo por que aquellos elementos que
ligaban la ciudad en lo físico y lo social, comenzaron a romperla.
La calle es el lugar total por definición, el espacio a tomar en
denuncia social y el mejor lienzo artístico, el paisaje común, es
también posesión de todos y por esta razón es que de su compunción
y salud depende tanto en nuestra actualidad.
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