La Calzada Porfirio Díaz y el tiempo actual
El imparcial 13 de noviembre de 2014
La ciudad de Oaxaca es un espacio urbano muy peculiar, que contiene a la escala central y ampliada con varias particularidades. Se parece a muchas ciudades de México, pero no es igual a ninguna. El territorio y los procesos sociales que le han dado origen desde tiempos milenarios, han creado un tejido urbano, donde es posible encontrar incluso algunas singularidades.
Procesos de remodelación Calzada P. Díaz |
La ciudad de Oaxaca es un espacio urbano muy peculiar, que contiene a la escala central y ampliada con varias particularidades. Se parece a muchas ciudades de México, pero no es igual a ninguna. El territorio y los procesos sociales que le han dado origen desde tiempos milenarios, han creado un tejido urbano, donde es posible encontrar incluso algunas singularidades.
Dentro de éstas, hay una que define, en parte,
el concepto de centralidad en la ciudad, y que a su vez, está estrechamente
ligado con la historia de la conformación urbana contemporánea. Se trata de la
relación entre el Centro Histórico, el norte de la ciudad y el lado poniente de
la colonia Reforma. Sucede que esta relación se explica, en mucho, desde la
existencia de una calle en particular, denominada actualmente: Calzada Porfirio
Díaz.
Esta calzada ha sido parte del proceso de
expansión de la ciudad formal de principios del siglo XX, aunque sus primeros
esbozos se pueden percibir en algunos planos de finales del XIX. Este eje de
estilo clásico, en su concepción, pretendía comunicar el casco de la hacienda
de Aguilera y el nuevo desarrollo urbano regular, de lo que hoy llamamos
colonia Reforma, pero que hasta mediados del siglo XX no tuvo un nombre
determinado.
La Calzada vino también a dar continuidad al
viejo camino a San Felipe, que transitaba más bien por el barrio de Xochimilco,
acompañando el antiguo acueducto. De forma que esta Calzada, si bien retomaba
un trazado preexistente, emergió como un nuevo eje que comunicaba la parte
antigua y “moderna” de la ciudad, lo que abriría un temprano modelo de
expansión, esta vez, en la forma de un ensanchamiento del Centro Histórico,
al estilo como había sucedido en Europa más o menos medio siglo antes.
Como podríamos suponer, este temprano origen de
la Calzada no estaba pensada para el flujo de vehículos de motor; de hecho, ni
siquiera circulaba por allí en viejo tranvía, que por eso tiempos se desplazaba
desde la Alameda del León hasta San Felipe del Agua. Éste tomaba una ruta en
diagonal desde el barrio de Jalatlaco hasta la parte oriente de la Hacienda de
Aguilera y luego a San Felipe.
Así, esta Calzada fue pensada y usada en sus
inicios, más bien como un paseo, un eje dedicado a los carros tirados
por animales, a las personas montadas a caballos, pero sobre todo, a los
paseantes. En la Calzada Porfirio Díaz, incluso ya en la etapa posterior a la Revolución
y hasta mediados del siglo XX, se podía apreciar esta tendencia, por ejemplo,
en el elaborado mobiliario urbano, que sobre el eje se ubicó, y del cual quedan
algunos ejemplos de estilo Art Decó Nacionalista sobre la propia Calzada.
Al paso del tiempo y con la entrada del
transporte motorizado en la ciudad, este paseo se convirtió de a poco en un eje
vial, sobre el que circulaban más y más vehículos motorizados, que poco a poco,
transformaron su vocación. Con el crecimiento expansivo posterior de la ciudad,
sobre todo en el lado norte, a lo largo de la cordillera montañosa, el nivel de
demanda se incrementó, hasta saturar el eje a los niveles que hoy podemos
contemplar.
Actualmente la Calzada y lo que le bordea,
presenta una configuración urbana muy distinta. El antiguo paseo rural y las
grandes propiedades, han dado lugar a un esquema mucho más apretado, caracterizado por una
densidad media, y una vocación comercial y de servicios. Sin embargo, en un
segundo plano, persiste el uso de suelo residencial.
Esta mezcla de actividades económicas y
residentes es por mucho, el verdadero valor y potencial de esta Calzada; que
sin embargo, ha sido poco reconocido y explotado en la actualidad, pero que
vale la pena replantear y entender.
En fechas recientes, se ha presentado una serie
de iniciativas para recuperar este eje y dotarle de un nuevo perfil, lo que sin
duda, resultará bastante complejo. Hay muchos factores a considerar y será
difícil darle igual importancia a cada uno. También existen residentes
interesados en el bienestar de su comunidad, dispuestos a participar.
El reto en éste y otros proyectos de escala
urbana, será construir una alternativa viable y condensada, que dé lugar a
distintos puntos de vista, pero donde antes como ahora, el principal actor a
considerar en la ciudad, sea la escala humana y sus particularidades.
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