Activemos la ciudad

La urgencia del uso mixto
El Imparcial 5 de diciembre del 2012


La ciudades cambian a medida que las sociedades nos transformamos. Normalmente cuando analizamos una urbe, nos encontraremos con que mucho de su perfil y forma, esta asociado no sólo con las condiciones físcas que le acoge. Si no también con el momento histórico en el que vivimos y la fuerzas que conducen a las sociedades contemporáneas. 

Nuestras comunidades se han diversificado en los último tiempos de una forma increíble. La entrada en la era de las telecomunicaciones nos ha dado mas flexibilidad de la que nunca imaginamos –por desgracia no hemos podido aprovecharla del todo--. El mundo se ha acortado y el intercambio de bienes, productos y conocimiento se ha reducido a un simple “clic”. 

Este cambio ha sido llevado hasta nuestros barrios y calles, en formas que apenas han sido perceptibles, pero que hoy describen a buena parte de las ciudades del planeta. Si un día las urbes se caracterizaron por la concentración de servicios en una parte del tejido, cada vez más esta tendencia se disgrega ante los cambios y oportunidades que esta época acarrea. 

Por un lado, la ciudad se va volviendo cada vez más grande, por otro, los patrones de necesidades se modifican, así como las tendencias. Al final, lo que tenemos es una urgencia por reducir las distancia y aproximar más y mejores servicios o productos a la población, es decir, diversificar la ciudad, para hacer más eficiente.

Esta tendencia se enfrenta con una fuerte tradición iberoamericana, que por causas diversas, tiende siempre a la concentración y separación de actividades dentro de los límites de las ciudades. Así es y así ha sido desde tiempos difíciles de trazar, las zonas de mercadeo habían sido siempre bien definidas y hasta hace no mucho bastante controladas.

En este punto, hay que entender que para que nuestras ciudades sigan el ritmo mundial es necesario alterar o más bien facilitar los cambios que las mismas demandan. 

Si la ciudad crece y consolida en forma de estructuras complejas que absorben distintos municipios y sectores, hasta aveces conformar manchas regionales. Sería indispensable y urgente que la economía, los servicios y las infraestructuras se organicen de forma tal que cada espacio cuente con las capacidades necesarias para formar un conglomerado rico y diverso donde cada sector sea sujeto de interés.

Este cambio debiera iniciar desde la escala más pequeña hasta la más grande. Requerimos que la ciudad entre en un proceso de generación de espacios de uso mixto. Donde la vida cotidiana, se mezcle cada día y la población tenga acceso a lo que requiere cada día sin la necesidad de hace grandes desplazamientos. Al tiempo de que se teje una estructura socioeconómica que acarreé riqueza a cada vecindario.

Bajo esta lógica, deberíamos estar dando la espalda, a modelos de urbanización, que proponen la construcción de grandes fraccionamientos, aveces a la mitad de la nada, donde luego hace falta de todo. Los procesos de ocupación del territorio, así como, sus promotores y planeadores, tienen que comprender que acumular población en un punto no es hacer ciudad, si no exactamente lo contrario, es quebrarla.

Por que si entendemos la ciudad como un continuo de actividades sociales y económicas, en vez de un montón de casas y otras construcciones, alineadas una tras otras. Nos daremos cuenta que cuando arribamos a un conjunto de viviendas de 100, 500, o 10 000 unidades, donde solo se duerme; lo que mantiene viva una urbe se rompe y corrompe, por que la dinámica del intercambio a quedado fracturada.

La ciudad ha de crecer entonces como resultado de un sistema de intercambios que la mantenga viva y económicamente activa. Ese ha sido su cometido desde el inicio de los tiempos y la entrada en un mundo más ágil y rápido requiere de que este proceso se lleve acabo de manera continua para asegurar su éxito.

Si logramos que en nuestras calles existan lo mismo, casas, que escuelas, hospitales que restaurantes, bancos que tiendas de productos básicos y de consumo, cafés que bibliotecas. Nos daremos cuenta que nuestro barrio o colonia se volverá mas seguro, por que la gente lo caminará, mas rico por que habrá dinero circulando y más nuestro por que estará vivo y conectado a todo un mundo de posibilidades.

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