Dos ciudades
Mismo rumbo
Hay ciudades en el mundo que son pese a todas las otras que podamos figurar, referencias en todo el orbe. Ya sea por su historia antigua o reciente, su peso político-económico, o su posición geográfica. Estas urbes son a las cuales miramos y aveces seguimos en la búsqueda de conocimiento y respuestas.
El Imparcial 12 de diciembre del 2012
Hay ciudades en el mundo que son pese a todas las otras que podamos figurar, referencias en todo el orbe. Ya sea por su historia antigua o reciente, su peso político-económico, o su posición geográfica. Estas urbes son a las cuales miramos y aveces seguimos en la búsqueda de conocimiento y respuestas.
Dos de estas ciudades se ubican en
Europa, --cuando menos en parte-- y mantienen una estrecha y extraña
relación histórica que se extiende más allá de las simples
relaciones superficiales que podríamos identificar.
Berlín, la capital de Alemania, y
Estambul, por muchos siglos una de las capitales más importantes del
mundo, hasta la creación del estado turco en la tercera década del
siglo XX. Hoy la antigua Bizancio no es más el corazón político de
Turquía, que se traslado a la cercana Ankara, pero si es la ciudad
más poblada del país, el centro cultural y la puerta que comunica
Europa con Asia como lo ha hecho por tantos siglos.
La relación de estas dos ciudades se
refleja en la intensa migración actual que ha llevado a
aproximadamente 120 mil turcos a ser residentes de la capital
berlinesa. Su presencia a dado a barrios enteros un característica
particular que amplia el abanico multicultural característico de
Berlín.
Sobra decir que los intercambios de
personas, acarrean como consecuencia los de otro tipo. Intercambios
comerciales,negocios,marcas, tecnología y visiones comunes, viajan
con los cientos de inmigrantes que se desplazan de una ciudad a otra.
Lo hacen también las iniciativas y proyectos, estas son las que nos
interesan.
Ambas ciudades se encuentran
enfrentando una situación común, no sólo a ellas si no a muchas de
las que poblamos como nuestra propia ciudad capital. Las dos urbes
intentan ampliar su red de metro para enfrentar el enorme problema
que significa desplazar a una creciente población de un lado a otro.
Las similitudes de estas dos urbes en
materia de movilidad son históricas. Ambas cuentan con un sistema de
tranvías eléctrico con más de un siglo de antigüedad que ha
permitido mover estas urnbes por varias generaciones. La presencia de
estos vehículos en la ciudad son tan notables, que forman parte del
paisaje cotidiano, resultaría imposible imaginar una de estas
ciudades sin su añejo sistema de transporte publico.
Por que si algo ha caracterizado a
estas manchas urbanas, es el interés por contar con un sistema de
movilidad eficiente para las masas, que permita que estas ciudades
desarrollen sus actividades cotidiana de manera fluida, para que su
economía no se entorpezca. Por que hay que decir que cuando hablamos
de transporte, hablamos de eficiencia y eso tiene una consecuencia
inmediata, riqueza.
Cuando la ciudad circula, lo hace
también el dinero, cuando dedicamos poco tiempo a desplazarnos y más
a producir o descansar, nuestro nivel de vida aumenta. Cuando
gastamos dinero en los comercios de nuestra ciudad en vez de pagar
alto precio de la gasolina, cuya mayor parte se produce fuera de
México, lo que implica que la divisa sale del la economía local,
para de forma constante empobrecer la ciudad.
Pero tanto en Berlin como en Estambul,
pese a los casi 2 mil km de distancia existe un paralelismo
contemporáneo. Las dos ciudades se encuentran sumidas en sendos
proyectos para mejorar su red de transporte metropolitano.
El porqué de esta coincidencia tiene
que ver con la necesidad de mantener el perfil competitivos de estas
dos ciudades. Berlin con 3.5 millones de habitantes y Estambul con
casi 12 millones, son son como hemos dicho antes referencias
regionales y mundiales. Modelos de ciudad que influyen en su entorno
y más allá, por lo que intentan apostar por medios de transporte
eficientes y sustentables.
Las obras de ampliación de estas redes
nos demuestran como una vez más la ciudades y sus economía en
distintas latitudes del planeta, invierten recursos por una forma de
desarrollo que de prioridad al transporte en masa. Que permita que
las calles sean propiedad de la gente, de la ciudad y de las
actividades económicas y no inmensos estacionamientos públicos
gratuitos.
Berlín y Estambul son dos ciudades
separadas no sólo por una distancia geográfica, si no también por
rasgos culturales que no podían ser más opuestos. Sin embargo, se
unen en la necesidad de seguir siendo la vanguardia de Europa, la
puerta de Asia, o el modelo de ciudad dinámica y de vanguardia que
pretendemos para nuestros propios asentamientos, habrá que aprender
de ellas.
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