Redes técnicas lentas II
YEl imparcial 11 de febrero de 2015
La necesidad de nuestra sociedad de
estar conectada ha sido patente como lo hemos descrito con
anterioridad, sobretodo cuando el modo de sociedad urbana ascendió
como estructura dominante en el planeta.
Pero el qué los habitantes de las
ciudades estemos conectados no sólo a redes de comunicación, si no
aun conjunto de estructuras que resuelven nuestras necesidades
elementales resulta indispensable. Siguen siendo las necesidades
básicas las que más reclaman mayor cuidado en estos tiempos, cuando
menos en nuestros territorios.
Drenaje y alcantarillado, calefacción,
y electricidad, pero sobre todo agua potable son aspectos en la vida
de las sociedades que no dejan de ser la base del buen funcionamiento
de las urbes. La gente necesita estas redes para mantener en buena
parte la estructura y el orden social que conocemos hoy día, son sin
exagerar, en muchos casos la medida de la civilización.
Una de las teorías sobre la decadencia
de la antigua Roma de hecho, se vincula a un cambio que se dio en la
red de distribución de agua potable en la ciudad. Por siglos los
acueductos que distribuían el agua a las viviendas de las clases
acomodadas y edificios públicos era fabricadas de barro, lo que los
hacía frágiles y demandantes de un mantenimiento constante.
Sin embargo al inicio de la era
cristiana del imperio, las ducterías fueron remplazadas por tubos de
plomo, parte de la evolución tecnológica de la época. El plomo es
un material flexible impermeable y con una larga resistencia a la
oxidación. Parece el material perfecto para distribuir agua potable,
sin embargo tiene un inconveniente, poco a poco intoxica las personas
que terminan por desarrollar un síndrome con varios síntomas, y que
puede enloquecer a las personas.
Así de importante puede ser para una
sociedad la existencia de buenas y saludables redes técnicas en las
ciudades, sin embargo, en nuestro entorno seguimos padeciendo la
falta de precisamente estas infraestructuras esenciales.
La ciudad de Oaxaca sufre cada día
grandes problemas en la distribución de agua potable, que no llega a
muchas partes de la ciudad y a otras lo hace luego de haber sido
contaminada. Se calcula que hasta el 40% del agua que se bombea a la
ciudad se pierde por fugas o tomas clandestinas que disminuyen el
caudal y permiten la contaminación de este líquido esencial.
Recientemente se inició la
modernización del acueducto que trae agua desde la zona de San
Agustín Etla a la ciudad de Oaxaca, obra que ya se ha prolongado en
el tiempo y generado no pocos conflictos sociales. Una cosa salta a
la vista en esta obra sin duda necesaria, se está haciendo
utilizando tubos de cemento y probablemente asbesto, cuando existen
materiales a base de polímeros, más flexibles, resistentes y
seguros para la salud, que permiten una mejor conducción.
Las redes de agua son fundamentales
para mantener una ciudad saludable y calma, sin embargo el
crecimiento en mancha de aceite de la urbe, que incluye su ascenso a
las áreas montañosas que le bordean, ha complicado fuertemente el
que esta red se extienda adecuadamente.
La falta de organización del
territorio urbano representada en la existencia de un mercado
inmobiliario sumergido que coloca a la venta, grandes extensiones de
terreno rústico normalmente sin uso de suelo urbano, alejado de la
dotación de servicios. Ha dado lugar a una forma de ciudad difícil
de gestionar y orientar al futuro.
Y si la red de agua potable es
importante en la vida de las ciudades lo que pasa con el agua una vez
que hemos hecho uso de ella es igualmente relevante. No son pocos los
asentamientos en la mancha urbana que en estos momentos vacían sus
desechos en arroyos, grietas, o pozos. Esto por que la red de drenaje
tampoco ha logrado extenderse a la velocidad que la urbanización
informal demanda, lo que pone en riesgo la buena salud del medio
ambiente y sus habitantes.
Pero expandir rápidamente las redes
por lo largo y ancho de la ciudad no sólo es una misión complicada
y muy cara, es también dar soporte un modelo de crecimiento sobre el
territorio poco sostenible, del que el estado esta formando parte. La
verdadera solución para hacer eficientes este tipo de redes pasa por
hacer la ciudad más compacta y densa, para que menos tubos
beneficien a más personas, de otra manera las consecuencias de este
crecimiento serán cada vez más costosas en todos los sentidos.
Comentarios