Como se arma una ciudad II
Antropología y sociología urbana
El imparcial miércoles 22 de febrero del 2012
Somos actualmente una sociedad
acostumbrada al concreto, América es el continente más urbanizado
del planeta según el reporte de naciones unidas sobre el estado de
las ciudades en el planeta. En ese rubro México es de los países
con más alto índice urbanización con porcentaje que rebasa el 78%
del total.
Pese a lo que pudiera parecer, este
fenómeno no ha sido resultado del todo de las grandes migraciones
que caracterizaron la mitad del siglo XX y que produjeron por
ejemplo, la mega urbe de Ciudad de México. Otro factor ha
intervenido en este aspecto y es tan o más importante que el
primero. La urbanización de la vida rural.
A medida que las redes de comunicación
y servicios se aproximaban a las locaciones antes consideradas
agrícolas, nuestros asentamientos entraron en un intenso proceso de
transformación sobretodo de ámbito social, que implicó un cambio
físico del ambiente. Pero sobretodo, una profunda transformación de
conciencias que ha dado como resultado un salto generacional que
rompió con las relaciones hombre-agro, y lo introdujo en una
profunda hombre-ciudad.
A nuestro país estos cambios lo
tomaron por sorpresa y más que desprevenidos. La falta de visión
impidió generar planes estratégicos. Y la ausencia de normativas y
control sobre el uso del suelo, nos arrojó enormes manchas urbanas
aveces a límite de lo habitable y con bajo valor ambiental.
Pero ese proceso ubicado en tiempo y
espacio a mediados del siglo veinte, sobretodo en el centro y
occidente del país permitió a algunos el estudio de un fenómeno
nunca antes descrito para nuestras latitudes. Un entonces Joven
Manuel Castells, escribió la Cuestión Urbana, en el año de 1979.
Obra de referencia obligada que describía los fenómenos sociales
que generaba las nuevas formas de ciudad como el caso de de la
creciente Ciudad de México y sus alrededores. Este tomo, se volvió
en poco tiempo en guía y referencia del estudio de la transformación
urbana en todo el continente y mas allá.
Castells se mantuvo desde entonces y
hasta ahora en su orden, arrojando cada vez mas actualidades sobre el
ya no tan nuevo fenómeno urbano, hasta llegar a su trilogía: La era
de la información, en la que describe medio siglo de procesos
sociales y tecnológicos que han llevado a la humanidad al punto que
nos encontramos ahora. Al medio, otras muchas obras dan cuenta de su
visión sobre nuestra era, actualmente y luego de dejar su cátedra
en Berkley la cual mantuvo por mas de 20 años, esta de vuelta en
Barcelona donde dirige la Universitat Oberta de Catalunya. Uno de los
centros más creativos del estado español.
Castells no es arquitecto, ni
ingeniero, ni urbanista, ni siquiera geógrafo, o algún tipo de
técnico que se dedique a abordar el fenómeno de forma directa. Es
un sociólogo, un especialista en comprender el accionar de las
personas en colectivo. Pero si aporta tanto al debate de la ciudad,
como lo hace, es por que la urbe es eso precisamente, el espacio
colectivo por excelencia.
Tampoco es técnico Amos Rapoport, este
personaje avecindado en estados unidos pero de origen húngaro, que
describió desde otra disciplina igualmente fascinante; la
antropología urbana, como es que la humanidad se relaciona con
aquello que ha edificado, con su “Paisaje construido”. Rapoport
desentraña nuestras emociones y concluye que el hombre es a la vez
victimario del medio, pero víctima de sus transformaciones.
Así, su trabajo nos ayuda a comprender
como el resultado de aquello que consumíos, nos afectará mas allá
de lo físico en nuestro cotidiano, trascendiendo a las dinámicas
psicológicas y colectivas.
Si abundamos en estos dos autores –La
lista podría ser mucho más larga-- es por que queremos hacer notar
la importancia de que en los debates de la ciudad se incluya lago más
que mirada técnica o económica. La cual respetamos y hasta formamos
parte –siendo arquitecto y urbanista--. Es necesario que los
proyectos urbanos y la toma de decisiones valoren con igual peso el
impacto social y emocional de los objetos que integramos en la ciudad
y su paisaje.
Luego de los conflictos de París del
año 2004, la sociedad francesa se preguntaba como es que su juventud
se había lanzado a destruir su medio vital y una de las ciudades más
hermosas del planeta. Las respuestas fueron lapidarias, mediante una
terrible planeación de la ciudad, se habían generado guetos
sociales, en los que había fermentado el odio y el resentimiento.
Una vez diagnosticado el problema, pusieron manos a la obra e
impulsaron una gran cantidad de proyectos destinados a reintegrar a
la ciudad luz a un orden común y democrático. Pero esa es otra
historia, una que esta en camino, pero que tal vez más adelante
intentaremos describir.
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