Desarrollismo y ciudad I


Nuevos debates del pasado
El Imparcial 14 de marzo 2012
Continuamente en el discurso de quienes se encargan del debate de la estructura y orden de las ciudades se eleva un reclamo sobre como la discusión del tema se suele centrar en momentos y paradigmas que en otras latitudes y lugares han quedado totalmente superados.

Esta tendencia no es propia de la materia urbana y tiene que ver mas con una mala inercia que arrastramos en México de ser reacios a la innovación y a fórmulas de hacer las cosas que no sean las tradicionales. De forma tal que de alguna manera los creativos mexicanos han sido relegados y en ocasiones incluso castigados, impidiendo sus aportes y manteniendo el debate en temas muchas veces caducos que no obedecen a tiempos contemporáneos. Por esto no es raro encontrar nuestros talentos trabajando fuera del país, hasta hace poco 3 de cada 5 graduados con el grado de doctor trabajaban fuera de México.

De forma tal, que nos encontramos inmersos en una etapa de progeción de las ciudades mexicanas que en muchas ocasiones se resbala de las tendencias internacionales de la actualidad, y se inserta en un circulo poco avanzado dentro del cual las urbes de nuestro país no han logrado salir.

Existen muchos casos para destacar, pero entremos en uno en concreto, cercano a nosotros y de tiempo reciente. La ciudad de Puebla capital del estado del mismo nombre, se dedico en los últimos diez años a la construcción de un sistema de vialidades y pasos a desnivel, que si bien atraviesa buena parte de la ciudad, resulta poco eficiente a la hora de desplazar a una población creciente inmersa en la cotidianidad de los viajes cotidianos que genera una población tan dinámica como la nuestra.

Puebla sin embargo y pese a ser uno centros industriales más importante del país, en ese periodo de diez años no sólo descendió cuatro niveles en competitividad según el instituto mexicano para la competitividad a.c. --IMCO--. También adquirió para acompañar este plan enormes cantidades de deuda que significaron un incremento de los compromisos que la sociedad poblana tendrá que cubrir a futuro.

Si bien el indice de competitividad no solo mide la capacidad de movilidad de la población y sus infraestructuras. El hecho es que haber realizado estas obras e inversiones tampoco ayudaron a mitigar la caída. Mismo patrón se observa en otras ciudades del país como Cuernavaca, Pachuca, o Leon.

Esto sin embargo, no debería de sorprendernos. Ya en la década de los sesenta el famoso informe Buchanan dejaba ver que no era factible solucionar los problemas de vialidad de las ciudades con con más vialidades. Resulta imposible matemáticamente que un espacio limitado, como es la ciudad, absorba el crecimiento de la masa vehicular que produce una población en constante expansión y con patrones de conducta cambiantes. Desde esa lejana época se aconsejaba apostar por la movilidad colectiva y no motorizada, como forma de resolver los problemas de las manchas urbanas en expansión.

El propio reporte nacional del IMCO así lo indica en el inicio de su apartado dedicado al transporte,recomienda a las ciudades apostar por la movilidad de las masas como eje de transformación urbana. De forma tal, que este es un añejo debate que en muchas ciudades del mundo como las asiáticas y las europeas se ha dado por terminado. Es por esto que estas regiones dedican grandes inversiones a generar infraestructuras de transporte público que eficienticen las urbes haciéndolas más atractivas y sostenibles. Prácticamente cada "gran" ciudad del planeta cuenta con planes de este tipo, que le permiten pensar en un desarrollo a largo plazo de su capital humano, económico y de infraestructuras.

La pregunta es: ¿Por que las ciudades emergentes de nuestro continente no ahorran el trauma del "desarrollismo"?, y entramos en una etapa de generar sistemas y redes de transporte público, que permitan solventar las grandes necesidades de movilidad que nuestras urbes demandan, si no también invertir en servicios de alta calidad que las hagan irresistibles para visitantes e inversionistas.

Puebla parece que ha aprendió la lección, en fechas recientes ha iniciado, tarde pero ha iniciado, la construcción de su sistema de metrobus. Desde un punto de vista personas, creo que puebla esta lista para un sistema de metro que comunique sus 2.6 millones de habitantes --esta zona metropolitana incluye algunos municipios del estado de Tlaxcala pero, el avance es prometedor. Reciente mente BANOBRAS otorgó 600 millones en recursos para la nueva red de transporte, así queda claro que la infraestructura para las masas resulta también redituable para impulsar la actividad constructora. Recordemos que sólo entre un 10 y un 15 % de la población usa auto particular, pero que cada día en algún momento, todos somos peatones, o usuarios del transporte colectivo.



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