La sociedad de la información y la ciudad ll


Clusters
El Imparcial 19 de abril del 2012


Existe un libro casi obligado para aquellos que les interese comprender la revolución que le ha transformado la vida y estructura de las ciudades en los últimos tiempos. Ciudades del mañana de Peter Hall, es un texto que retoma las transformaciones que nuestras sociedades han atravesado en las últimas décadas y como estos cambios han impactado la forma que ocupamos y adaptamos la ciudad.


El libro entre otras cosas describe los cambios que generó la creación de una nueva industria en el inicio de la década de los setenta y que hoy consideramos imprescindible en nuestra vida. La informática o computación como la conocimos en México, pasó de ser una suerte de ciencia marginal, guiada por unos cuantos nerds que se reunían en garajes y clubes académicos, para de a poco pasar a ser una parte imprescindible de la vida de las personas, por todo el globo.


Esta nueva realidad representó muchas cosas, pero quizás la mas evidente e impactante fue el hecho de que las distancias se volvieron más relativas que nunca, estamos a un teclado de distancia de cualquier parte. Es decir, se inauguro la época de la comunicación en tiempo real a nivel masivo. Primero el Internet, luego la telefonía inalámbrica, y finalmente la combinación de ambas conectaron a millones de personas por todo el orbe, al mismo tiempo la sociedad se volvía más urbanita que nunca.


Dichos cambios significaron una nueva forma de usar el espacio, pero también la aparición de otros elementos sobre el territorio que poco a poco se convirtieron en los ejes de la nueva sociedad. Los centros de desarrollo tecnológico o Clusters, en ocasiones sustituyeron poco a poco a las plantas industriales de muchos países, otras veces simplemente se implantaron como una forma nueva de urbanización que emergió en el paisaje.


Pero el verdadero significado de estos elementos el últimos años ha sido el del progreso y la mejora en la calidad de vida. Prácticamente cada país de vanguardia económica y de desarrollo social ha desarrollado esta forma de industria, que no es otra cosa que una cadena de centros de investigación y desarrollo tecnológico donde se crea los grandes inventos y productos de consumo que la población del planeta demanda para mantener su ritmo de vida contemporáneo.


Peter Hall describe como la actual transformación territorial del norte de California está estrechamente ligada a estos elementos. Allí se ubican algunas de las empresas tecnológicas mas importantes del planeta así como varios de los centros universitarios que alimentan las mismas, dedicadas al conocimiento y la implantación de ideas. Esta forma de industria no sólo lidera la economía actual –el valor de Face Book en el mercado de valores en el año 2012 se estima en mas de 100 mil millones de dolares--, es también una forma no contaminante de empresa que deja pocas huellas en el territorio, y que en su mayoría estas representan más benéficos que otra cosa, al contrario de la antigua industria pesada o manufacturera.


A escala local, debemos tomar en cuenta la gran descompensación que existe en nuestro país respecto a la ubicación de la planta productiva, situada sobretodo en el centro, occidente y norte del territorio. Y que ha olvidado por completo los estados del sur, lo que se ve reflejado en un enorme déficit de infraestructura y un recrudecimiento de la situación de pobreza que estas región acusa hasta la actualidad.


Pero pese a esto, si en un tiempo anterior la conformación de un núcleo industrial representaba la creación de una infraestructura potente y la edificación de grandes obras, la era de la información no requiere de estos elementos. Sus demandas se basan en un ramo en particular, requiere de rápidas carreteras de información que permitan la interacción de los miembros del equipo, así como sus intereses allá donde estos se encuentren.


Las enseñanzas de Hall, nos recuerda que en la actualidad que para que una ciudad se ubique en el plano mundial es necesario que entre otras cosas se integre a las redes de información de forma contundente. Debemos ser capaces de establecer centros de desarrollo e innovación donde aprovechar el capital humano que generamos, evitando la fuga de cerebros. Igualmente debemos convertirnos en un polo que atraiga mano de obra especializada de otros lugares e incluso el extranjero, para así incrementar la competitividad de nuestras empresas.


Cuando leemos la geografía oxaqueña, admiramos nuestra riqueza cultural, y calculamos cuantas grandes mentes se van entre los miles de inmigrantes que abandonan el estado anualmente, se echa de menos un Cluster, un centro tecnológico que enriquezca nuestra realidad y complemente nuestra ciudad. Finalmente cuando vemos lo logrado en ciudades como Bangalore India o Curitiba Brasil pienso ¿Y por que no?

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