Mas autos; todos vamos más lento


El tráfico inducido
El Imparcial 9 de mayo del 2012

Cada vez más cuando salimos de nuestros hogares y nos dirigimos a algún destino, sea inmediato o distante, enfrentamos un fenómeno que por común se ha hecho indiscutible. Los automóviles y en demás vehículos motores forman grandes filas y realizan lentos recorridos alentando el ritmo de vida de la ciudad y por consiguiente el nuestro.

Este hecho que ahora impacta las ciudades de pequeña y mediana escala como la nuestra, es sin embargo un viejo conocido de las grandes ciudades. Acostumbradas al tráfico elevado de vehículos que poco a poco colapsan sus arterias y limitan el flujo de personas y mercancías en los límites de las urbes que habitamos. Un hecho es indiscutible, la ciudad se puede entender como un objeto acotado a un espacio limitado donde desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades sociales.

Esta condición de tamaño está regulada por factores físicos sociales y económicos. El que un relieve y el medio ambiente sea apto para colonización –pendiente manejable, suelo firme, existencia de fuentes agua potable etc.--, que se permita realizar actividades sociales colectivas –trabajar, aprender, comerciar, jugar, etc.--. Y finalmente que existan recursos financieros para poder cubrir el costo que implica la introducción de servicios mínimos, son quizás los factores más determinantes en la forma y dimensión de una urbe.

De igual manera el sistema de vialidades de las ciudades tiene un tamaño limitado, pese a que se puede entender que este sistema puede crecer sobre si mismo –como por ejemplo la construcción de segundos pisos--, esta ampliación es también limitada por otros factores como la escala la de la ciudad, el concepto histórico que de esta se tenga, la mecánica del suelo, o la existencia de recursos económicos para sufragar las obrar requeridas, etc. De forma tal que algunos sistemas son más frágiles que otros ante el incremento del parque vehicular y sufren de mayor manera el embate que deja el tráfico de vehículos sobre la ciudad.

Por eso resulta enormemente preocupante que las políticas que adoptan algunas ciudades –entre ellas la nuestra-- no reflexionen sobre el fenómeno que implica la inducción del trafico, a la hora de implementar proyectos viales como el realizado en el crucero de Cinco Señores. El fenómeno de tráfico inducido es un hecho estudiado y registrado desde cuando menos medio siglo, y puede ser el responsable de un incremento en el flujo de vehículos de entre 20 y 40 % --hay autores que aseguran que el 70%-- según algunos estudios realizados tanto en el extranjero como locales.

Un trabajo de este tipo realizado hace apenas seis años por dos investigadores de la UNAM, Luis Miguel Galindo y David Ricardo Heres, demostró como los segundos pisos construidos en la ciudad de México arrojó un evidente incremento en número de viajes y vehículos que circulan por esa megalópolis. Para determinar este incremento se valen de análisis cuantitativos y empíricos que permitieron asegurar este hecho. Entre esto se cuenta no sólo el aumento del padrón vehicular, si no también el flojo sobre algunas arterias importantes de la ciudad o el incremento en el consumo de combustible en su entorno.

El fenómeno de inducción del tráfico no es algo simple, ni fácil de explicar, pero a grades rasgos tiene tres componentes, redireccionamiento del tráfico, incremento de viajes y aumento del número de personas con automóvil particular.

Redirección: Cuando se genera o se abre una nueva vialidad, la población opta por creer que ese es el camino mas apropiado, por lo que cambia su recorrido habitual para dirigirse a la nueva vía. Incremento: Al inicio de la operación de la nueva vialidad existe ciertamente un aumento en el flujo de vehículos, lo que eventualmente significa una ganancia de tiempo, sin embargo, los conductores optan por realizar con ese tiempo nuevos recorridos lo que resta de inmediato eficiencia a la solución vial. Aumento: Ante el hecho de que las administraciones públicas realizan grandes inversiones para el automóvil, las personas optan por comprar un auto, para así sentirse integrados a los planes del gobierno que de otra manera los excluye generalmente. --aproximadamente un 10 % de la población tiene auto particular--

En ciudades como la de Oaxaca este fenómeno puede ser extremadamente grave. E por qué, lo encontramos en el centro histórico de la ciudad. Un espacio jamas pensado para el transito de vehículos automotores que hoy ya luce saturado y que ha perdido buena parte de sus banquetas en pro de ampliar sus calles para la circulación de vehículos. Resulta de miedo imaginar que pasaría en nuestro centro si se diera un incremento de tráfico del 20% o más, en un tiempo reducido. No olvidemos que la mayor parte del aparato económico de la región entera se encuentra en sus inmediaciones, por lo que la mayor parte del tráfico se dirige hacia este lugar. Es por este motivo que se deben desarrollar ideas que liberen y no colapsen las arterias de la ciudad, por el bien de nuestro medio ambiente, de nuestra economía y por un futuro más prometedor.

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