Flujos en la ciudad

30 km/h
El imparcial 2 de mayo del 2012



En los últimos meses nuestra ciudad se ha sentado en un debate que desgraciadamente ha sido mal entendido, tristemente distorsionado y malamente informado. Se trata del tema de la movilidad vehicular y la repercusión de las obras públicas en el contexto de la ciudad.
El conflicto de fondo ha sido sobre todo la mal interpretación de los paradigmas, que debieran sintetizar el sentir de la ciudad hacia un futuro más brillante en donde se generen las cualidades que destacan a las ciudades de vanguardia actualmente. El verdadero meollo del asunto es que una ciudad para ser competitiva y productiva debe entre otras muchas cosas ser una urbe urbe fluida y ágil en la cual las personas –y no necesariamente los coches-- se desplacen lo más eficientemente posible.


La ciudad es un espacio acotado, por condiciones fisiográficas y de estructura urbana, pero sobretodo por fenómenos sociales y culturales que marcan sus verdaderos límites. Para el caso de la ciudad de Oaxaca estas condiciones limitan la capacidad de introducción de infraestructuras que permitieran por ejemplo alejar el recorrido de los vehículos de largo recorrido de la ciudad, aunque estos representan menos del 20 por ciento del tráfico que la  invade cada día.


Este hecho no justifica sin embargo creer y hacernos creer que la ciudad debe ser una especie de gran eje vial sobre el cual los vehículos se desplacen a alta velocidad. Ninguna ciudad ha logrado bajo esta estrategia mejorar sus condiciones viales y calidad de vida o economía. Desde los años 60 sabemos por distintos estudios científicamente comprobables que la generación de más vitalidades induce un mayor tráfico y que de forma acelerada las supuestas mejoras en el flujo se ven reducida por un incremento en el número de viajes y la reorganización de los recorridos ya existentes.


Los ejemplos más notables y documentados de esto son ciudades como Los Ángeles, Phoenix, y recientemente Ciudad de México, que pese a realizar grandes inversiones en la ampliación de la red vial, se ven colapsadas cotidianamente a horas pico, lo que revierte cualquier avance que pudiera haberse logrado mediante esta inversiones. Inversiones que por cierto benefician a los propietarios de un vehículo que en México equivale al 11 por ciento de la población. El resto nos movilizamos en medios de transporte público que en el caso específico de las ciudades medias no requieren si no de infraestructuras menores.
Entonces, ¿Cual debiera ser objetivo, como hacer que nuestra ciudad mejore su ranking y eleve su capacidad de movilidad? El número mágico es treinta, 30 km/h es la velocidad que una urbe requiere para que su productividad y por consecuencia competitividad se eleve dramáticamente. Esa es la velocidad a la que una persona debiera poder movilzarse para realizar cada una de sus actividades en la ciudad.


Esto significa doblar la actual velocidad con que se desplazan las personas en la parte mas densa de la ciudad Oaxaca y que ronda los 17 km/h. Para que este objetivo se logre debemos hacer planes e intervenciones que apliquen a la mayoría de la población y no sólo a aquellos que cuentan con un vehículo privado. Deberíamos estar considerando la regulación ordenamiento y replantamiento del actual sistema de transporte público que es lo que verdaderamente mantiene a población en movimiento.


Ese transporte de baja calidad y alto precio que en ocasiones puede arrebatar alas familias hasta el 50 por ciento de su ingreso y que debido a la sobre oferta de vehículos, representa incluso perdidas para el empresario del transporte, alto indice de accidentes y colapso de las vialidades. Sobre todo en sus puntos más sensibles, como aquellas que convergen en las cercanías de la central de abastos, corazón económico de la urbe.


Los prestadores de los servicios de transporte público son igualmente víctimas de esta mala planeación, tiene altos costos de operación, incrementos mensuales de combustible, falta de infraestructura –como la colocación de bandera de parada, obligación de los municipios-- largas jornadas de trabajo y competencia desleal. En toda esta problemática a existido un abandono tanto de las autoridades de los distintos niveles de gobierno, como de la sociedad misma, que poco ha exigido al respecto,


Mientras nos debatimos por temas como la construcción o no de algunas obras para la mejora del tráfico en la ciudad, olvidamos o dejamos para después los verdaderos problemas que impiden el despegue de nuestra urbe, lugar donde habita uno de cada cinco habitantes del estado. Pobreza endémica, contaminación, perdida de suelo verde, alto costo en los desplazamientos o elevado consumo de hidrocarburos. Lo preocupante es que en vez de estar construyendo respuestas a largo plazo nos centremos en discusiones que por desgracia poco o nada dejan al fondo de los grandes retos que esta ciudad enfrenta.

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