Redes técnicas lentas IV
Movilidad y transporte
El imparcial 25 de febrero de 2015
De todas las redes técnicas que las ciudades
necesitan para poder existir, quizás la que más retos y desdén enfrenta, por su importancia, los actores sociales involucrados y el desconocimiento que de ella
tenemos, es la de transporte.
Movilizar personas y bienes
dentro de los territorios metropolitanos se ha vuelto una necesidad cada vez más grande a medida que
nuestras sociedades se han diversificado y se consolida un modelo económico basado en el consumo. No
sólo de
cosas indispensables, si no de gran cantidad de elementos superfluos que
igualmente es necesario producir y distribuir dentro de las ciudades.
Por ejemplo el consumo de
bebidas endulzadas en México es
simplemente descomunal, es el más alto por cabeza en el mundo, llegando los 160 lts de
bebidas por persona de media según
distintas ONG. Estas bebidas se reparten
mediante camiones de alta capacidad, que desde las plantas de producción acarrean el producto a las
ciudad, en Oaxaca por ejemplo no hay grandes
embotelladoras, apenas una local en las cercanías del Tule, por lo que estas son traídas sobretodo desde el estado de Puebla cada día.
Esto significa que cientos de
camiones de carga, se mueven sobre la "super carretera" Puebla - Oaxaca semanalmente, con miles de botellas, que luego se
distribuyen en las poblaciones del valle. Particularmente en la zona
metropolitana que concentra una sexta parte de la población del estado.
Esto implica la saturación de las vialidades de la
urbe cotidianamente por este y muchos tipos de vehículos de abasto y reparto,
que mantienen la ciudad surtida cada día.
En el caso de la movilidad
colectiva la situación no es
mejor, ya antes hemos escrito en esta columna sobre el estado precario en el
que opera una red de transporte público. Basada en un sistema de operación intuitivo, y bajo un régimen de gestión que recae casi totalmente
en el chofer, y su resistencia física para poder operar tantas horas como le sea
posible y acumular la "cuenta" de la unidad.
A esto se suma que el transporte
se a convertido en una forma de generar empleos e intereses en la zona de los
Valles Centrales y todo el estado, lo que lo hace un agente relevante en el
contexto socioeconómico de
la ciudad. Y por lo tanto sujeto de grandes problemáticas que se repiten cada día.
Los usuarios de vehículos privados son aquí también un componente esencial, la
masa vehicular se va incrementado cada día a medida que la ciudad se hace más compleja y se desgastan las
alternativas de movilidad colectiva. De forma que los habitantes de la ciudad
optan por el vehículo
privado motorizado, aportando igualmente a la
saturación de la
red.
De tal manera que la estructura de movilidad que debería ser la columna vertebral del sistema, es una de las
que peor operan en la ciudad. Cruzar un
extremo de la zona metropolitana al otro puede tomas 45 minutos. Mucho si se
piensa en el hecho que se trata de un recorrido de sólo 12 km ósea una velocidad media de 16
km/h.
Pero la inoperancia de esta red
con la que casi cada habitante de la ciudad esta conectado, y su saturación, no es sólo responsabilidad del flujo.
Lo cierto es que hasta la actualidad no se ha hecho un verdadero plan de mejora
de este sistema acorde al momento histórico que vivimos, que permita integrar nuevos
elementos al sistema mejorando su capacidad técnica.
Las intercesiones son
extremadamente deficientes y funcionan a base de semáforos programados, cuando ya
desde hace mucho existen sistemas inteligentes que controlan sus faces en función de la demanda. Pasos
peatonales elevados mal diseñados hacen que las personas opten por cruzar en
cualquier parte, creando conflictos cotidiana, y superficies de rodamiento con
secciones mal diseñadas
afectan la urbe cotidianamente.
La red que facilita la movilidad y el transporte en la
ciudad es una más de
las tantas que se requiere entender mejor y hacer operar de manera más eficiente, acorde a nuestros tiempos. De no ser el caso, el conjunto de estos retrasos
someterá a la
ciudad al estado de letargo en el que poco a poco se adentra.
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