El día mundial de la bicicleta las crisis y la ciudad

El imparcial 01 de abril de 2015

Ciclovía al Tule 2015
El pasado día 19, a nivel mundial se conmemoró una vez más el día internacional de la bicicleta, esta celebración que nos recuerda la alternativa que representa el uso de este medio de más de trescientos años en de antigüedad en la historia de la humanidad.

La bicicleta es un invento antiguo, se conoce el diseño de velocípedos de dos ruedas desde la época renacentista, pero como suele suceder en el mundo se desarrolla la misma idea al mismo tiempo. Por lo qué quizás nunca sabremos su origen exacto, aunque una cosa si es segura, desde sus primeras rodadas pasó a formar parte del desarrollo de la sociedad moderna a un ritmo difícil de imaginar.

La bicicleta tuvo su mejor momento en el mundo occidental a mediados del siglo XX, luego de la segunda guerra mundial y con una sociedad aun no industrializada y contenida demográficamente. La bici era el medio de transporte de una sociedad aún mayoritariamente rural, pero que iniciaba habitar grandes ciudades donde la sería una parte constante de la vida y el paisaje cotidiano.

Sin embargo unas pocas décadas después todo cambió, la bicicleta entro en declive empujada en parte por la llegada a la vida de campo y ciudades de un objeto hasta hace poco de lujo, que se popularizaría de forma masiva y rápidamente; el automóvil.

Siempre nos quedaremos cortos al tratar de describir como es que el auto cambió la vida y la forma de las ciudades desde que se logró ubicar en las urbes como forma predominante de transporte. Todo cambió, desde la forma en que se usaba la calle hasta su olor o paisaje sonoro, las urbes se volvieron estruendosas y llenas de tráfico motorizado, trasformando la forma en como se usaban sus espacios por siglos.

Pero ese camino iniciado en ese preciso momento de la historia de la humanidad entera ha traído graves consecuencias, que han comprometido la subsistencia del planeta y la población humana que la habita, así como la de otras especies.

En la actualidad, como lo dijo hace muy pocos días el Presidente de EU Barak Obama, el calentamiento global es la mayor amenaza a nuestra supervivencia. Si el hombre más poderoso del mundo dice una frase tan contundente es con un sentido y con mucha información, ese fenómeno puede desatar las perores crisis que la humanidad pueda imaginar en sus pocos miles daños de organización social.

Y todo inicia con el excesivo consumo de energía en el que se consolida nuestro desarrollo, que nos ha llevado a necesitar 1,4 planetas, para satisfacer nuestras necesidades actuales y en crecimiento. De este consumo y de sus efectos contaminantes la movilidad motorizada es la principal responsable del incremento de la temperatura del planeta y con ella, de una apuesta por nuestra autodestrucción.

Si el mundo se calienta, no hay lluvia, sin lluvia, no hay infiltración de agua al subsuelo, si hace calor en las zonas polares, perdemos el almacenamiento natural de agua en glaciales que se descongelan a pasos gigantescos. Sin reservas no hay agua para consumo humano, tampoco hay alimento, no hay industria, no hay nada queridos lectores.

Por esta relación de eventos catastróficos es que vale la pena dar la batalla por llevar a nuestras ciudades hacia una realidad donde la movilidad nos cueste menos a todos, en términos ambientales pero también sociales.

Este día mundial de la Bicicleta nos sirvió como pretexto para dar lugar a una acción ciudadana que con el apoyo de entidades de gobierno, en particular el gobierno municipal, abre una ruta tanto física como emocional, para que la bicicleta retome ese lugar perdido que reclama. Un carril de 4.3 km de distancia se dibujó por las calles del centro; Reforma, Margarita Maza de Juárez, Libres, Vega, Fiallo.

Esta iniciativa apoyada desde la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, la Casa de la Ciudad y la A.C. Mundo Ceiba, es en realidad una respuesta de un gran número de personas que queremos ver esta ciudad desde una perspectiva más sostenible. Donde el futuro no corra peligro y el medio ambiente sea el centro del debate local para ayudar aliviar los conflictos que cada día enfrentamos en nuestra capital.

La ciudad necesita moverse de forma dinámica sí, pero también de forma amigable y consecuente con la realidad y los retos que enfrentamos. Así cuando ven un ciclista que avanza penosamente por alguna de estas u otras calles recuerden que: AVAZA MÁS LENTO E INSEGURO Y ES QUE VA DETENIENDO EL CAMBIO CLIMÁTICO.  

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