Que pasa con el transporte y la movilidad en Oaxaca
El imparcial 01 de abril de 2015
El día lunes pasado de nuevo la población de la ciudad de Oaxaca vivió un estado de sitio, uno más de los tantos que cada día se acumulan en la paciencia de los habitantes de la misma.
El día lunes pasado de nuevo la población de la ciudad de Oaxaca vivió un estado de sitio, uno más de los tantos que cada día se acumulan en la paciencia de los habitantes de la misma.
Pero esta vez la toma de la ciudad
duele un poco más, y duele porqué esta vez fueron los camioneros
urbanos, una de las redes técnicas necesarias para mantener la
ciudad en operación la que se manifestó bloqueando el flujo
vehicular en la ciudad. De manera que paradójicamente los encargados
de movilizar la ciudad terminaron por paralizar afectando más de 300
mil personas que se desplazan en la zona metropolitana todos los
días.
¿Qué fue lo que hizo que durante
siete horas casi todas las unidades de transporte público de la
ciudad pararan de operar e iniciarán una manifestación mediante
bloqueos que colapsaron la ciudad entera?. Se trata de la demanda de
un aumento en la tarifa de transporte que los habitantes de la ciudad
pagan cada día y que afectaría a cientos de miles de personas,
particularmente las más pobres, quienes habitan más distante y
realizan mayor número de transbordos.
Pero tratemos entender este problema
desde el inicio, Oaxaca no es la única ciudad con problemas en el
sector del transporte público, de hecho este es uno de los grandes
retos que enfrentan casi todas las ciudades nuestro país. El
verdadero problema radica en que a diferencia de otras muchas
ciudades en la nuestra el transporte se ha convertido a falta de más
opciones rentables, en un nicho de trabajo en expansión constante,
lo que ha motivado una sobre oferta de viajes que supera la demanda.
Un estudio de la consultora Cal y Mayor
desarrollado entre os años 2005 y 2011 demostró que la flota de
autobuses urbanos presenta cupos promedio del 35% lo que hace
altamente ineficiente el funcionar de esta red desde cualquier
perspectiva.Para poder librar esta ineficiencia derivada de la sobre
oferta es necesario mantener un valor del pasaje elevado, que ayude a
palear los déficit del actual sistema.
El costo actual del trayecto en la
ciudad de Oaxaca es de $ 6,00, cincuenta centavos más cara que la
tarifa aprobada para el distrito federal, ademas de que allá esta
disminuye según la distancia recorrida, deforma que la tarifa mínima
a pagar es de tan sólo $ 4,50.
Pero el factor que más afecta al
usuario de la red no es directamente el coste del pasaje, si no el
hecho de que muchos de los habitantes de la urbe deben transbordar al
menos una vez para llegar a su destino. Lo que multiplica el coste
del viaje, dependiendo si es un autobús, un taxi colectivo o
mototaxi el cambio el valor total del viaje termina siendo muy
elevado.
Una combinación de taxi colectivo y
autobús puede costar una media de $ 21,00 por trayecto, si se
multiplica por dos da un total de $ 42,00. Por ese coste ciudades
como Berlín o Barcelona, ofrecen una hora quince minutos de viaje en
una diversidad de sistemas de movilidad de primer nivel, que incluye,
trenes, metro, tranvías, autobuses y recientemente bicicletas
públicas.
Es decir los habitantes de la ciudad de
Oaxaca pueden llegar pagar una tarifa de primer mundo y a cambio
recibir un transporte público de pobre calidad y muy inseguro.
Los prestadores de servicios argumentan
altos costos de operación e incrementos en le valor del combustible,
lo que puede ser sin duda un factor. Uno que se multiplica debido a
los factores de mala operación que antes hemos mencionado y que se
resumen en una poca planeación de rutas, horarios y control de
flota, que termina siendo cargada a los usuarios.
Esta descripción deja ver una
responsabilidad importante en los bajos réditos que pueda estar
dejando a los prestadores de este servicio pero sobretodo muestra la
debilidad de un sistema de transporte donde faltan las alternativas y
una presencia más fuerte del estado como regulador. Resulta urgente
iniciar un nuevo modelo de transporte para la ciudad en favor de los
usuarios del transporte y que afecte en lo menor posible su ya
desgastada economía.
Aquí también resulta indispensable
abrir rutas hacia un modelo de movilidad sustentable como la
bicicleta, que permita evadir el uso de vehículos automotor mediante
el aumento de la infraestructura apropiada, que como se ha demostrado
de existir aumenta considerablemente el uso de estos medios baratos y
sostenibles.
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