Ciudad sin personas
Ciudad sin ciudad
El Imparcial 30 de octubre del 2013
Hace una semana este mismo periódico
ponía en portada una noticia que por grave sorprende no haya sido
replicada en otros diarios o medios de comunicación con la
contundencia que merece.
El estado de Oaxaca perdía 700 mil
personas en el padrón electoral, pasando de 3 400 000 personas ha 2
700 000, esto equivale a más del total de población que habita en
la zona Metropolitana de Oaxaca, imaginen que de la noche a la mañana
la ciudad se vaciara.
Suena bastante imposible, sin embargo
ese es el volumen de personas adultas que salieron del estado en el
periodo desde la última revisión del padrón realizada por el IFE a
la actualidad. Mientras nuestro estado perdió población otros como
Veracruz, P, Estado de México o DF la ganan.
La demografía es una ciencia con
muchos huecos es complejo hacer previsiones y cálculos cuando se
habla de seres humano, de personas que obedecen a un enorme cantidad
de variables que pueden condicionar su modelo y estilo de vida. Sin
embargo, cuando los flujos de personas son tan amplios, es
relativamente fácil suponer que esta pasando, y es que esta gente no
esta migrando, esta escapando.
El problema de perder población en
edad adulta es muy grave, mientras una persona de mediana edad, se
encuentra lista para producir, una joven o en la infancia, requiere
de atención e inversión por parte del estado, educación, servicios
médicos etc. Esto significa que sale del estado nuestra fuerza
productiva y permanece nuestra población más dependiente, también
significa un enorme desbalance en la situación socio-económica del
estado.
En el plano urbano que es lo que aquí
nos interesa esta realidad es contraria de sobremanera a la salud de
nuestra ciudad.
Como generar un estado de bienestar
dentro de los límites de la zona metropolitana si no contamos con
personas en edad productiva que emprendan las acciones que pueblo por
pueblo, colonia por colonia, barrio por barrio necesitamos. Como
generar ideas creativas y revolucionarias que modifiquen la
condiciones de la población urbana si perdemos una buena parte de
nuestra masa humana en etapa productiva.
El fenómeno se multiplica y afecta
sectores de la vida urbana que no somos capases de entender del todo.
Durante los últimos tiempo nos hemos dedicada a tratar de establecer
proyectos de equipamiento urbano en barrios periféricos y pobres.
Para llevarlos acabo acudimos a las formas de organización
tradicional representadas por tequios a la hora de ejecutar las
diversas acciones.
Grande fue nuestra sorpresa cuando
constatamos que a estos llamados el 80% mas menos de quienes acuden
son mujeres. De estas un gran número son madres solteras, jefas de
familia, o en situación de abandono de facto por parte de la pareja.
Es pronto para asegurarlo, pero no
sorprendería a nadie que entre aquel flujo de 700 000 personas han
abandonado el estado en los últimos años hubiera salido algún
miembro de las familias con las que nos ha tocado trabajar en los
proyectos que hemos intentado establecer en el estado. Pero tampoco
sería una sorpresa para nadie si esto sucediera.
Otras veces en esta columna hemos
mencionado que el principal valor con que cuenta una ciudad para
enfrentar los retos que el futuro trae, es su capital humano.
Personas jóvenes y en edad productiva que permeen en las diversas
capas de la sociedad para proponer salidas y nuevas soluciones a los
retos cada vez más claros que las urbes enfrenta,
Medio ambiente, competitividad,
competencia global movilidad sustentable, reindustrialización, son
temas de los que se habla de manera contundente en otras latitudes y
donde las urbes están trabajando profundamente. Tampoco se asusten
si descubrimos –como lo hemos hecho ya-- jóvenes Oaxaqueños
participando en la mejora y transformación de otras urbes distintas
a las suyas.
Las urbes necesitan captar gente
creativa, no perder su propia fuerza local, resulta indispensable
detener ese sangrado, abrir opciones mejorar las condiciones para que
nuestra gente permanezca en el estado y la ciudad. Pero esto sólo
será posible si abrimos nuevas oportunidades, mejor estabilidad y
ofrecemos una razón que los convenza que la vale la pena estar aquí.
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