Taxis y otros medios de transporte público

Del lado del volante
El Imparcial 14 de agosto del 2013

Taxis y Taxis colectivos Cd de Oaxaca
Continuamente debido a los temas sobre los que investigamos y trabajamos en la Casa de la Ciudad, toca medir la percepción que del transporte público de la ciudad tiene la gente común. Si bien no hemos tenido la oportunidad de hacer un trabajo de percepción más profundo sobre el transporte en taxis y la gente, si nos toca vincular estas personas con nuestra realidad cotidiana.

Lo hemos repetido muchas veces en esta columna, la mejor forma de recorrer largas distancias es en las ciudades debería ser el transporte público, en cualquiera de sus distintas definiciones.

Los taxis son sin duda uno de los inventos que marcan el inicio de la vida urbana, un coche de alquiler que recorre la ciudades en busca de viajeros solitarios que necesiten moverse de un lugar a otro. Su llegada se remonta prácticamente a la aparición de los primeros vehículos de motor y el cambio de tracción animal por la combustión interna.

Desde ese momento, pronto en la historia moderna de las sociedades fue evidente el papel que tendría la movilidad colectiva motorizada dentro de nuestra sociedad. Esta ha cambiado evolucionado y movido en múltiples direcciones y mientras más lo hacia más necesidad tenía de encontrar una manera de viajar dentro de la urbe.

Hoy día, nos hemos convertido en una multitudinaria sociedad urbana, existimos sobretodo en ciudades. Ciudades que rebasan muchas veces nuestro entender y de las que somos incapaces de mesurar, aprender o simplemente recorrer.

Necesitamos un medio de transporte, y la gran mayoría nosotros ya sea por conveniencia u obligación dependemos del transporte que ofrecen los vehículos colectivos. La mayor parte de del tiempo vivimos esta experiencia del lado del usuario, de aquel urbanita que camina la ciudad en busca de un destino. Pero que tal si nos aproximamos un poco más a la realidad de quién conduce por horas y horas sin parar.

Se calcula que en la ciudad de Oaxaca existen poco más de mil taxis de sitio, un poco menos de mil autobuses, y dudo que alguien sepa cuantos taxis colectivos rondan por la metrópoli. Otros muchos tipos de vehículo público circulan la urbe y su alrededores, suburbans, autobuses varios mototaxis etc. Cada uno de estos esta siendo guiado por un chofer, por alguien que vive del motor y el volante.

Se trata de literalmente miles de persona, cientos de horas de conducción y miles de kilómetros que se consumen uno a uno de un lado a otro de la ciudad. Son igualmente muchos litros de gasolina, y una increíble cantidad de neumáticos que son desgastados en las calles de la ciudad.

Conducir en una ciudad como la que ha conformado la mancha urbana de la ciudad de Oaxaca supone no sólo mucho tiempo, esfuerzo y gasto de energía. Es también un reto impresionante de resistencia física y metal, aquel que crea que circular entre ejes viales saturados, colonias empinadas, y centros histéricos atiborrados de personas es algo que simplemente pasa y se hace, no ha terminado de entender que es lo que mueve nuestra urbe.

Sólo una clara minoría de quienes habitan la ciudad tienen coche, y sucede también que muchos de estos vehículos están concentrados es un sector de la población. No son pocas las familias de clase media que cuentan con más d en un vehículo. Es decir el vehículo de alquiler en cualquiera de sus versiones es el encarga de movernos en una ciudad dispersa y compleja que ha necesitado de la aparición de esta nueva versión de prestadores de servicios públicos.

Sin embargo abordar un taxi en estos días no es siempre un placer, quizás sea el estrés que la ciudad genera, o el cansancio de las largas horas de servicio. Pero muchas veces nos queda la sensación de que no recibimos el servicio que merecemos. Un primer detalle, al abordar, casi nunca tenemos certeza de cuanto costará nuestro viaje es un viaje lleno de incertidumbres.

Modernizar la vida en la ciudad pasa por modernizar también nuestra relación con el taxi y otros medios de transporte. Es hora de que se trabaje en establecer una mejor relación entre usuario y chofer. Entre ofrecer un servicio y comprarlo, entre la ciudad y sus habitantes. Pagar lo justo, ser amables con quién nos da un buen servicio, confiar en quién nos lleva a nuestro destino.



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